sábado, 26 de septiembre de 2009

Ding!! dong!! ding!! dong!!


La campana del reloj de pared suena a las doce en punto de la noche mientras la mujer insomne empaca los libros del desván para preparar la mudanza.
El sueño empieza a apoderarse de su cuerpo mientras ella sostiene entre sus manos un viejo libro.
- Últimas tardes con Teresa
Una sonrisa irrumpe en su rostro cuando recuerda la última vez que leyó a Juan Marsé.
De pronto, abre el libro y las páginas flotan. Un pequeño papel se desliza de entre los pliegues.

EL SILENCIO

Late en la sala y la mujer se mantiene perpleja con el papel entre las manos.

Ding!! Dong!!

Las doce y cuarto de la noche. La mujer se levanta y se dirije apresuradamente a la guía telefónica. Nueve dígitos después suena el primer tono.
Al segundo tono un gran nerviosismo invade sus miembros tensos.
El tercer timbre y nadie responde

-¿Diga?

Una voz masculina rompe el silencio.
La mujer no contesta.

-¿Diga?

El tiempo corre y no hay palabras para expresar...

-Ha pasado tanto tiempo... Solo llamo para avisarte. Voy por ti.