
Jack deja caer su cuerpo exhausto sobre la arena, sus párpados caen yendo lentamente hacia abajo..., abajo..., abajo...
Satine se viste apresuradamente detrás del biombo de su lujosa habitación y se queja:
-¡Maldita sea, no encuentro mi corsé!
Jack se despierta sentado en el sillón repleto de lencería.
-Creo que está aquí.
Satine sale a medio vestir de detrás del biombo, se acerca a Jack y le quita la erótica prenda de las manos.
-Gracias, llego tarde.
Satine va hacia la puerta, sale de la habitación y la cierra dando un sonoro portazo.
Jack se despierta, el sol quema en la isla.
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