“Dicen que la andaluza para ser bella debe tener tres cosas negras: las pestañas, las cejas y el cabello.
Y tres cosas blancas: el cutis, los dientes y las manos.
Y tres cosas sonrosadas: los pezones, los labios y las uñas”
Carmen de Vicente Aranda
Parece ser que el prototipo es una gran fuente de atracción de la que se sirven muchos de los artistas más prestigiosos y valorados del panorama internacional. Los directores de cine, por citar un ejemplo, son grandes beneficiarios del tópico que acompaña o en el que se basan sus productos cinematográficos.
Penélope Cruz, la actriz española más conocida a nivel mundial actualmente ha recibido al fin el Oscar, un premio que todo actor sueña con conseguir, un premio que muchos españoles consideran que desmerece puesto que no ven en Penélope un talento comparable al de las grandes estrellas de Hollywood tan admiradas y alabadas por el agradecido público de este país. Esta cuestión, es pues, digna de análisis: el descubrir por qué Penélope es una actriz tan aplaudida y valorada por directores, intérpretes y consumidores de la industria cinematográfica norteamericana y en cambio, en su país natal se la considera (por lo general) como una actriz mediocre impulsada por el gran director Pedro Almodóvar (también muy valorado por el público americano) pero sin ningún mérito en su actuación en trabajos internacionales considerados como películas comerciales.
Penélope encarna sin duda el prototipo del atractivo exótico de la mujer española. Sus rasgos, su aspecto (es interesante recordar cómo apodaba el torero al que interpretaba Bardem en Jamón Jamón a Pe como su jamona) seduce a los directores de fuera que quieren dotar sus películas de un toque exótico o latino. Eso es, el prototipo de la española jamona gusta a los americanos cansados ya de sus prototipos que tanto triunfan en España. Así pues, se podría decir que de momento lo que vende fuera es el producto nacional más puro y típico; lo que la gente de fuera espera de las producciones culturales se corresponde finalmente con lo que tiene éxito. Silvia, Macarena, Raimunda y María Elena conquistaron al público americano, con el añadido de que Raimunda (la mujer que interpreta Penélope Cruz en Volver) sabía además cantar flamenco y dar palmas como una auténtica cantaora. Algunos piensan, que este año Penélope ha recibido el Oscar por Volver aunque estuviera nominada por representar a María Elena en Vicky Cristina Barcelona.Las dos comparten esa pulsión que caracteriza la actitud visceral e instintiva del prototípico español. Las dos están dotadas del desparpajo y el nervio ibérico del que parece carecer la actriz bastante sobria y austera en sus apariciones públicas (exceptuando su famosa aclamación a Almodóvar cuando fue premiado por la Academia de Hollywood como mejor director).
Seguro que la andaluza tricolor que describe Prosper Merimée en la historia de Carmen, la caprichosa sevillana que consiguió enloquecer y destruir al joven navarro y que fue, es y será objeto de deseo de todo hombre está cansada ya de llevar el clavel rojo en el pelo y no le importaría pasar por el estilista y hacerse unas mechas rubias.
Penélope Cruz, la actriz española más conocida a nivel mundial actualmente ha recibido al fin el Oscar, un premio que todo actor sueña con conseguir, un premio que muchos españoles consideran que desmerece puesto que no ven en Penélope un talento comparable al de las grandes estrellas de Hollywood tan admiradas y alabadas por el agradecido público de este país. Esta cuestión, es pues, digna de análisis: el descubrir por qué Penélope es una actriz tan aplaudida y valorada por directores, intérpretes y consumidores de la industria cinematográfica norteamericana y en cambio, en su país natal se la considera (por lo general) como una actriz mediocre impulsada por el gran director Pedro Almodóvar (también muy valorado por el público americano) pero sin ningún mérito en su actuación en trabajos internacionales considerados como películas comerciales.
Penélope encarna sin duda el prototipo del atractivo exótico de la mujer española. Sus rasgos, su aspecto (es interesante recordar cómo apodaba el torero al que interpretaba Bardem en Jamón Jamón a Pe como su jamona) seduce a los directores de fuera que quieren dotar sus películas de un toque exótico o latino. Eso es, el prototipo de la española jamona gusta a los americanos cansados ya de sus prototipos que tanto triunfan en España. Así pues, se podría decir que de momento lo que vende fuera es el producto nacional más puro y típico; lo que la gente de fuera espera de las producciones culturales se corresponde finalmente con lo que tiene éxito. Silvia, Macarena, Raimunda y María Elena conquistaron al público americano, con el añadido de que Raimunda (la mujer que interpreta Penélope Cruz en Volver) sabía además cantar flamenco y dar palmas como una auténtica cantaora. Algunos piensan, que este año Penélope ha recibido el Oscar por Volver aunque estuviera nominada por representar a María Elena en Vicky Cristina Barcelona.Las dos comparten esa pulsión que caracteriza la actitud visceral e instintiva del prototípico español. Las dos están dotadas del desparpajo y el nervio ibérico del que parece carecer la actriz bastante sobria y austera en sus apariciones públicas (exceptuando su famosa aclamación a Almodóvar cuando fue premiado por la Academia de Hollywood como mejor director).
Seguro que la andaluza tricolor que describe Prosper Merimée en la historia de Carmen, la caprichosa sevillana que consiguió enloquecer y destruir al joven navarro y que fue, es y será objeto de deseo de todo hombre está cansada ya de llevar el clavel rojo en el pelo y no le importaría pasar por el estilista y hacerse unas mechas rubias.
http://www.webpenelope.com/
http://www.youtube.com/watch?v=mVWGUlEiqtE
http://www.youtube.com/watch?v=b_NODJbKyZ4
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